En la actualidad, la iluminación en los hogares tiende a ser más neutra y cálida. Y esto se debe a que las personas saben que, si la luz no es adecuada, el organismo comienza a sufrir consecuencias. Te lo explicamos.
¿Cómo debe ser la iluminación residencial?
En una casa el entorno debe ser confortable. Y, más aún en tiempos de teletrabajo, es vital tomar en cuenta este punto: cada rincón debe ir acompañado de una correcta luminosidad, y de esto va a depender tu estado de ánimo. Además, una escasa luz te obliga a forzar los ojos, provocando una fatiga que puede venir acompañada de dolores de cabeza, irritaciones e incluso escozor visual.
Es importante conocer el nivel de iluminación adecuado en un ambiente. Este se puede medir con algunas aplicaciones que puedes tener en el celular. La unidad apropiada para ello se llama lux. Basándonos en ella, por ejemplo, si el tamaño de una habitación es de 10 metros cuadrados, el nivel correcto de luminosidad sería de 100 lux. Para iluminar bien un espacio es recomendable buscar un equilibrio entre la cantidad, calidad y estabilidad de la luz para así evitar reflejos y de parpadeos. También es clave tener presente el tipo de bombillas y la temperatura de color de las bombillas —si son frías o cálidas—.
Recomendaciones por espacio
Estudio o tu espacio trabajo:
En el lugar donde se estudia o trabaja es recomendable usar una lámpara que alumbre con un tono blanco neutro, en torno a los 4.000 °K. Como mínimo, la fuente de luz debe tener 400 lúmenes. Lo más importante es saber qué nivel de claridad hará que no forcemos la vista.
Sala:
En tu sala, por otro lado, es mejor optar por un tono neutro y luz cenital. Si para realizar ciertas tareas te hace falta algo más cercano puedes optar por lámparas de pie en las zonas concretas en las que necesites iluminación extra. Y en cuanto al comedor, es recomendable usar lámparas de techo con una luz descendente, alumbrando el lugar con un matiz suave y cálido. Debe rondar los 3.500 o 4.000 °K.
Baños, cocina o lavandería:
Una luminiscencia más fría es la ideal en la iluminación residencial de baños, cocinas y lavandería (5.500-6.500 °K). En estos lugares siempre anteriormente se ha optado por lámparas fluorescentes, pero también es recomendable apostar por tonos relajantes, que no generen calor y que sean de bajo consumo, con LED si es posible.
En el baño lo ideal es intentar simular la luz natural, y para ello la mejor opción es con la instalación de led luz blanca en el techo o en la parte superior del espejo.
Habitación:
Por otro lado, en la habitación lo importante será crear un ambiente que inspire relax, aunque hoy este lugar es donde la mayoría realiza el teletrabajo. Las lámparas de pie son muy recomendables, sobre todo, si es una zona de lectura. La medida debe ser de entre 3.500 y 4.000 °K. Una buena iluminación en el hogar es fundamental, y lo ideal es combinar lo puramente estético con lo funcional.
Si buscas más detalles de cómo iluminar tu residencia, contacta con nosotros y te ayudaremos.